Lo que una vez fue

Autor: Lester F. Ballester

El 4 de abril a lo largo de nuestra historia revolucionaria ha sido una de las fechas más importantes de nuestro país. El compromiso de la Revolución con el estudiantado ha dado como fruto que esta fecha, lejos de ser solamente celebrada por estudiantes, sea festejada por todo el pueblo, y se haya convertido en una tradición popular cubana. Desde sus antecedentes tanto la Organización de Pioneros José Martí como la Unión de Jóvenes Comunistas vemos ese espíritu cubano de fiesta y solidaridad.

La UJC fundada el 4 de abril de 1962 a sugerencia de Fidel Castro Ruz se ha constituido como la organización política de la juventud cubana, ella ha sido el resultado de un proceso de unificación de las distintas organizaciones juveniles existentes en ese momento. En 1977 en el Tercer Congreso de la UJC se determinó convertir la Unión de Pioneros de Cuba (UPC) en Organización de Pioneros “José Martí” (OPJM); así devinieron grandes cambios en su estructura y funcionamiento y, principalmente, la extensión de los pioneros hasta el noveno grado, lo que amplió considerablemente su membrecía. Su misión ha sido desde entonces desarrollar actividades deportivas, culturales y recreativas; además de promover cualidades morales tales como el sentido del honor, la modestia, el valor y la solidaridad. Los niños han estado agrupados, en la organización por edades, Moncadistas los que estudian del primero al tercer grado, primer nivel “José Martí” los que cursan de cuarto a sexto grado y segundo nivel “José Martí” de séptimo a noveno grado.

Actualmente es un orgullo para cualquier padre, hermano, tía o abuelo ver como a un niño le ponen la pañoleta, cómo ese momento simbólico, más de carácter político que social se ha transformado en una tradición tan significativa para la familia cubana. O cuántos de nosotros universitarios recordamos las acampadas, las fogatas, las caldosas. ¿Quién no comió caldosa a la 1 de la madrugada y pasó la noche en vela contando historias de miedo?

Cuando se dice OPJM o UJC no solo se dice Revolución; se dice historia, infancia, tradición. Es imposible olvidar una vida tan rica culturalmente. Quizás en aquella época no hubo cámaras ni celulares que retrataran los momentos significativos como los hay hoy pero si está la imagen, el recuerdo impreso en nuestra memoria, imposible de borrar, porque si se hace sería como perder una parte de ti, de tus orígenes.

Vivimos tiempos difíciles donde la cultura se ha universalizado y celebramos Halloween en vez de hacer una fogata. Vivimos conectados pero no sabemos lo que dice la persona al lado nuestro. Tenemos relojes pero no tiempo. El 4 de abril más que hacerlo y sentirlo como una fecha política alejada de nuestra realidad, debe volverse lo que una vez fue, y lo que su esencia fue capaz de hacer a varias generaciones de cubanos: ¡Una fiesta!

Universidad de Las Tunas