¿A quién confiar el futuro?

Autora: Gabriela Peña Garcés

Cuando se habla de revolución siempre se piensa en nosotros los jóvenes, quienes tenemos la fuerza y la voluntad para intentar cambiarlo todo. A esta edad todo sueño es realizable y todo obstáculo pequeño y superable. La creatividad irrumpe en cada actividad propuesta. Miles de ideas novedosas surgen a diario y cuando aparecen contrarios, los argumentos positivos defendiéndolas llegan como lluvia. Nadie puede apagar la llama de la juventud, que es eterna y pasa de generación en generación.

Somos acreedores de las ideas de Martí joven que celebró el estallido de las luchas independentistas y en su Presidio Político en Cuba denunció las más grandes atrocidades sufridas. Defensores de las palabras de Fidel abogado que se autodefendió en aquel juicio histórico y utilizó la ocasión, además, para plantear los principios de la revolución gestante. Llevamos plasmados en el pecho a Mella, creador de nuestra Federación Estudiantil Universitaria, al Che médico que recorrió en su Poderosa toda Latinoamérica y se aventuró en una travesía que le abrió las puertas a un mundo con países en lucha por su independencia.

Estamos comprometidos con la Revolución cubana, con su evolución acorde a los nuevos tiempos, dispuestos a defenderla ante cada agresión surgida a través de diferentes medios. Seguros deben estar nuestros dirigentes de que, si es necesario, estaremos en las primeras trincheras de batalla, alzando nuestra bandera. No permitiremos que pisoteen nunca nuestra nación, nuestros símbolos, nuestros héroes.

¿A quién confiar el futuro? Sin dudas, a nosotros, los jóvenes, de hoy y de mañana. Nos sobran razones para luchar, nadie nos convencerá de lo opuesto. Nunca permitiremos que nuestra Isla vuelva a encontrarse sumida en opresión, dictaduras sangrientas. No permitiremos que se repita un 27 de noviembre de 1871. Con nosotros basta para mantener la Revolución, somos una fuerza creciente y aglutinadora, capaz de contagiar al resto del pueblo cubano.