Contexto de una visita inolvidable:

Para 1978, Las Tunas se encontraba en pleno crecimiento económico-social. Con nuevos territorios incorporados a su geografía política, la cuna del general Vicente García, aumentaba en infraestructuras: carreteras, repartos residenciales, industrias, embalses, obras educacionales.

En medio de ese contexto, el 20 de enero, Fidel Castro -entonces Comandante en Jefe de la Revolución-, inaugura en Puerto Padre la Terminal de Azúcar a Granel de Carúpano. Al día siguiente, visita varias de las obras ya edificadas en el balcón del oriente cubano y, entre las de índole educacional, la más importante de todas: la Formadora de Maestros “Pepito Tey.”

Con inmuebles para 20 aulas, laboratorios de Física, Química y de Biología; dormitorios, cocina-comedor, biblioteca, sala de actos, almacén; áreas de voleibol, baloncesto, gimnasia; capacidad para 2 mil 400 alumnos, se trataba de la tercera, que, de su tipo, se había levantado en el este de Cuba bajo el diseño de la arquitecta Gleida Rodríguez y de un centro de dimensiones gigantes en comparación a las demás edificaciones educativas anteriormente construidas en Las Tunas.

Numerosas personas habían participado en la edificación, desde obreros hasta movilizados a través de las diferentes organizaciones de masas. Se aportaron domingos y noches, miles de horas de trabajo voluntario para concluir el proyecto, que abrió sus puertas, por primera vez, a finales de septiembre de 1974.

La “Pepito Tey” no decepcionó en su quehacer pedagógico. En el curso 1977-1978, la provincia tunera ganaba la condición de Destacada a nivel de país en el ámbito de la enseñanza y la Formadora de Maestros había favorecido en mucho aquel resultado con su Primer Lugar Nacional en la lid emulativa entre centros educacionales.

Durante cuatro períodos académicos (1974-1978), sus promociones habían sido de una elevada calidad y habían alcanzado graduar a 857 nuevos maestros primarios. La UJC había ganado la Bandera de esta organización y los trabajadores, la bandera Héroes del Moncada.

Se hicieron comunes las visitas de representantes de países de América Latina y de África. Pero la llegada de Fidel, aquel 21 de enero, sería un hecho inolvidable. Su presencia por las áreas que recorrió, la conversación amena que sostuvo con los trabajadores y líderes estudiantiles y las palabras de exhortación que dejó al plantel, constituyeron un compromiso para las siguientes generaciones:

“Maravillosamente bella la escuela, excelentes sus profesores y trabajadores; magnífico el salón de la amistad y muy estimulantes las noticias sobre las promociones y la calidad de los primeros graduados…”

Actualmente la “Pepito Tey” ya no es la Formadora de Maestros Primarios, sino parte de la Universidad de Las Tunas. En ella cursan estudios más de 9 mil alumnos de diferentes carreras, muestra de cómo la educación en el territorio se ha consolidado desde entonces y de cómo, los herederos de aquellos fundadores que recibieron a Fidel, han sabido sostener en el tiempo, una tradición de victoria.

 

 

 

 

 

 

 

Universidad de Las Tunas