Abdala en La Habana: 92% de efectividad en pacientes graves

Tras concluir la evaluación del impacto de la vacuna Abdala en la provincia de La Habana, las evidencias científicas demuestran una efectividad de un 92%, para la gravedad, y de un 90,7%, para el fallecimiento.

Así lo confirmó este martes el doctor Pedro Mas Bermejo, vicepresidente de la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología, durante el encuentro que cada semana propicia el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con el grupo de científicos y expertos que lideran en el país las actividades de ciencia e innovación tecnológica en el enfrentamiento a la COVID-19.

Según explicó Mas Bermejo, estos análisis se rigen por un documento emitido en mayo del 2020 por la Organización Mundial de la Salud, donde se hacen recomendaciones para evaluar los indicadores de la epidemia y también cómo influyen en su comportamiento las vacunas.

De acuerdo con los resultados presentados, en el caso de la positividad de las pruebas diagnósticas a través de PCR, el vicepresidente de la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología recordó que mientras en el país ese número se mantenía por debajo de 5%, en La Habana estaba por encima de 15%.

Después del 15 de agosto del presente año —momento en que se terminó de administrar la tercera dosis en la capital—, empezó el descenso de este indicador, aseveró, el cual se ha mantenido en los días más recientes muy por debajo de 5%. “Eso habla de un control en La Habana”, dijo.

Respecto a la tasa de incidencia de la enfermedad por cada 100 000 habitantes, refirió que después de la entrada a Cuba de la variante Delta también tuvo lugar un ascenso, llegando a ser de 1 200, cifra que en estos momentos es de 207.

De manera particular sobre los pacientes hospitalizados, comentó que se manifiesta una disminución considerable, incluidos quienes se encuentran en las unidades de cuidados intensivos. Los ingresos diarios en las unidades de atención al grave, acotó, empezaron a bajar a partir del pasado 18 de agosto, momento en que se produjo el pico con los mayores números en la capital. La tendencia a la disminución ha continuado, especificó.

Asimismo, se refirió a la relación entre las tasas de mortalidad e incidencia por cada 100 000 habitantes, las cuales empezaron a descender a partir del 3 de agosto. Ese comportamiento tuvo mucho que ver —precisó— con los días que transcurrieron desde que inició la inmunización en La Habana.

Los estudios que se han realizado en el país, adelantó, evidencian que el punto de inflexión de la epidemia comenzó cuando alcanzamos como promedio un 38% de vacunación. En el mundo, puntualizó, ese momento ha comenzado en el 60% de la vacunación.

Todavía hay muchas hipótesis que tendremos que seguir estudiando —subrayó– pero este ha venido siendo el comportamiento de la efectividad de la vacuna Abdala que se ha podido comprobar en la capital.

Teniendo en cuenta los indicadores epidemiológicos analizados, concluyó, la efectividad en La Habana mostró un valor elevado de la protección de Abdala ante la forma grave de la enfermedad y el fallecimiento.

“Son resultados muy elocuentes, que resumen el tremendo y extraordinario trabajo que se ha realizado”, subrayó Martha Ayala Ávila, directora General del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Vacunar a la población de la capital con la velocidad que se hizo —enfatizó— es realmente algo muy meritorio.

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Universidad de Las Tunas
Ernesto Alejandro Campos Domínguez

Ernesto Alejandro Campos Domínguez

Webmaster de la Universidad de Las Tunas, Cuba.