1987, el curso en que los sueños se hicieron realidad:

Sería injusto no decir que también fue el año de la primera vez para varias instituciones educativas en esta provincia. Por ejemplo, del Centro Escolar Emilio González Morales (donde se hizo el acto municipal tunero de inicio de clases), del Instituto Preuniversitario en el Campo (IPUEC) Elio Cañete de Amancio Rodríguez y del IPUEC Waldemar Díaz de la Rosa, abierto en Majibacoa –“un sueño hecho realidad y una realidad que es un sueño” según dijo en su matutino de apertura, el entonces Primer Secretario del Partido de aquel territorio y no le faltaba razón, pues de ese modo, 1987-1988, se convertía en el primero en que Las Tunas comenzaba con educación preuniversitaria en todos sus municipios.

En ese contexto, las principales autoridades se reservaron un lugar, sin embargo, para el acto provincial de inicio de curso, desarrollado en los predios de los edificios (a medio terminar algunos y sin terminar otros), de la nueva sede de la Filial Universitaria de Las Tunas, a la que “bautizaron” con el nombre del gran líder de la revolución socialista del 7 de noviembre de 1917 en Rusia: Vladímir Ilich Ulianov (alias Lenin).

Construido con el sistema de estructuras metálicas y muros de bloques, su diseño la concebía con la capacidad de albergar a 672 alumnos, con 4 espaciosas salas de conferencias y 14 aulas equipadas de todo lo materialmente necesario para la docencia. Sin embargo, nuevos aires soplaban en el otro lado del mundo y lo que inicialmente fue pensado hacer sobre la marcha, en realidad fue dilatándose en el tiempo -hasta nuestros días- pues a los pocos años la geopolítica internacional cambiaría de forma drástica con la desaparición de la URSS y de los países socialistas de Europa del Este.

Aún así, aquel sitio aportaba mejores posibilidades para una Filial Universitaria en este territorio, nacida como parte de la Universidad de Holguín en 1976 y como parte de la Universidad de Camagüey en 1982.

Su director en 1987, el ingeniero José Musa Simón -quien más tarde será DrC. y primer rector de esta provincia, en 1995-, en ocasión de inaugurarse la Lenin, dijo que la misma representaba uno de los pasos más importantes que daba la Educación Superior en Las Tunas, agregando: “Esto implica desarrollo y deja atrás, muy lejos, la situación que en materia de educación tenía la provincia en los primeros años de la Revolución.”

Aquel 2 de septiembre, cuando la Filial Universitaria Vladimir Ilich comenzaba a funcionar, abría sus puertas, también por primera vez, con los cursos regulares diurnos a las carreras de Agronomía y de Contabilidad y Finanzas (para 190 alumnos). Con respecto al curso para trabajadores, las oportunidades ascendían a mil 291. Además, ofrecía otras 100 plazas más para cursos de nivelación. Cifras que ilustran perfectamente el impacto que el acontecimiento daba a la sociedad del balcón de oriente, con su inauguración.

En la actualidad, la Lenin no es más una Filial. Después de pasar temporalmente como Facultad Independiente de Las Tunas (1992-1995), como Centro Universitario de Las Tunas (1995-2010) y como Universidad de Las Tunas (2010-2015), es en la actualidad uno de los dos campus que conforman la actual ULT-forma de organización cualitativamente superior de la academia en este espacio geográfico y que no tiene equivalente en acontecimientos anteriores.

Los profesores de la Lenin, con su experiencia de muchos años, enriquecen y han fortalecido los altos estudios en la actual universidad integrada, llevándola a nuevos niveles. El trabajo mancomunado de los mismos, con el claustro de la otrora Universidad de Ciencias Pedagógicas, Pepito Tey, permitió fortalecer el quehacer de la educación superior en Las Tunas y que la ULT obtuviera la condición de Universidad Acreditada en el 2019.

Hay que decir que, aún cuando allí luchamos una buena parte del profesorado de la Universidad integrada-y lo escribo con toda propiedad-, a los leninistas de la ULT les quedó la impronta de ser los que prestaron el espacio en donde más se peleó en nuestro terreno, cara a cara contra la Covid-19. La Lenin tuvo que dejar sus funciones normales, las que amamos con devoción, para dedicarse a enfrentar un enemigo invisible, que en aquellos días “gloriosos y tristes” parecía inderrotable.

A sus profesores fundadores, a sus baluartes del pensamiento, a los nuevos que han llegado para impulsar su avance, congratulamos en estas jornadas en que hablamos de la impronta pasada de la ULT. 1987 parece ya muy lejos, pero los que apreciamos la historia aprendemos de ella, la hacemos nuestra, la compartimos, apostamos por contagiar a los más escépticos y valoramos la tarea de titanes que han realizado gran cantidad de vidas anónimas para que los sueños se hagan realidad y para que las realidades parezcan sueños.

 

Universidad de Las Tunas