Tapia Fonseca: Ley de soberanía alimentaria y medidas para la agricultura no logran el efecto deseado

Como parte del programa del primer periodo ordinario de sesiones de la décima legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, los diputados analizaron la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, aprobada por la ANPP en mayo de 2022.

Al analizar la puesta en marcha de la normativa, a partir del informe presentado a los diputados por Jorge Luis Tapia Fonseca, vice primer ministro de la República de Cuba, se recordó la atención que han dado el Partido y el Gobierno a la seguridad alimentaria y nutricional, con la adopción de políticas en los diferentes sectores de la economía, las que se concretaron en leyes, estrategias, programas y planes.

Luego, con la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución fue aprobado un grupo de políticas públicas, agrarias y alimentarias, que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional.

“Pero no es la ley la que resolverá esta problemática. Es en los territorios, con producción, donde se soluciona. La ley nos da herramientas para lograr que los alimentos lleguen al plato de los cubanos, que es el objetivo”, reflexionó el vice primer ministro.

“La mirada debe ser qué más podemos hacer para alcanzar de una vez la tan necesitada soberanía alimentaria”, subrayó.

Tapia Fonseca refirió que en el año 2021 fueron adoptadas 63 medidas para dinamizar la producción agropecuaria, que propiciaron la eliminación de trabas y flexibilizaron procesos.

“En sus inicios, tuvieron un impacto importante, y más tarde, a consecuencia de la agudización de la crisis económica y el recrudecimiento del bloqueo, algunas de las metas no han podido cumplimentarse o solo se alcanzaron parcialmente”.

Ese contexto conlleva la adecuación del modelo productivo y de gestión, que ha marcado también el diseño de políticas públicas sobre la seguridad alimentaria y nutricional en el país, señaló el vice primer ministro.

Por eso, en correspondencia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, el Consejo de Ministros aprobó el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional de Cuba en 2020, así como su instrumentación jurídica, la Ley 148/2022, De Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, en conjunto con su reglamento, el Decreto No. 67 de 2022.

¿Cómo avanza la implementación de la ley?

Según trascendió en el informe presentado a los parlamentarios, el cronograma de implementación contiene tres etapas: la primera, relativa a la comunicación social; la segunda, enfocada en la creación de capacidades con proyección territorial y comunitaria, y la tercera, dirigida a la implementación, con fases de preparación y diagnóstico.

“Un número considerable de las acciones previstas hasta la fecha han sido cumplidas por los responsables; no obstante, se requiere elevar el rigor en el control y establecer indicadores medibles para las tareas contenidas en cada etapa”, dijo Tapia Fonseca.

En la primera etapa se desarrollaron las acciones generales de comunicación social, que propiciaron el conocimiento, la retroalimentación y la evaluación constante, para la adecuada implementación de los contenidos de la ley y su reglamento.

“Cada cubano debe comprender la necesidad de producir alimentos. Esto debe hacerse desde las mismas escuelas”, sostuvo Tapia Fonseca, y agregó que se debe realizar una revolución desde la agricultura, que incluya a todos los organismos de la Administración Central del Estado vinculados con la ley.

Dentro del plan destacan acciones divulgativas, la producción y puesta en parrilla de cápsulas y spots, así como el desarrollo del proyecto Cultivar Conciencia como plataforma promocional de las buenas prácticas relacionadas con la implementación de estas normas.

La segunda etapa de formación de capacidades, con proyección territorial y comunitaria, se inició por el entrenamiento de formadores para dinamizar el acompañamiento, la asesoría y creación de capacidades endógenas, a través de la concepción político-pedagógica de la educación popular.

Al respecto, Tapia Fonseca mencionó entre los principales resultados hasta la fecha la formación de agentes dinamizadores en 152 municipios del país.

Asimismo, la realización de talleres nacionales, provinciales y municipales, un total de 694, sobre la sensibilización de la ley SSAN, las herramientas metodológicas, los planes de acción y las estrategias y medidas para prevenir y reducir pérdidas y desperdicios de alimentos.

Además, se capacitó a 23 297 personas en todo el país, un 42% mujeres y un 17% jóvenes menores de 35 años. En el curso online sobre la ley, disponible en el Observatorio para la Seguridad Alimentaria y Educación Nutricional Con más Ciencia, han participado 614 personas.

El vice primer ministro dijo que la tercera etapa, que concierne al cronograma de implementación, comenzó en noviembre de 2022 con la constitución de las comisiones de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, en sus tres niveles.

En cuanto a la gobernanza e institucionalidad de las comisiones, en específico de la Comisión Nacional, se aprobó su funcionamiento mediante la creación de cinco grupos temporales de trabajo, según los ejes estratégicos del Plan SSAN.

A su vez, la comisión nacional tiene adscrito el Comité Nacional para la Prevención y Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos, constituido por el Ministerio de la Agricultura.

De acuerdo con el informe presentado a los parlamentarios, como parte de la implementación y aplicación de la ley cada grupo temporal que integran las comisiones SSAN identificó entre los principales problemas que la creación del sistema empresarial agroindustrial municipal, a modo de experimento, se implanta en 18 municipios, lo cual se ha desarrollado con lentitud. Paralelamente, se trabaja en el resto de los municipios del país.

En la fase de diagnóstico se identificaron las brechas nutricionales existentes, concentradas en el déficit de energía, grasas y proteínas. Se logró identificar en la mayoría de los territorios que estos no se autoabastecen según la demanda definida.

“Tenemos que partir de las potencialidades de cada territorio, para que los análisis y planes sean correctos, e incorporar las investigaciones de los científicos”, afirmó Tapia Fonseca.

Añadió que “todos los municipios y provincias pudieran ser soberanos y seguros en la producción de viandas, hortalizas y frutas. En los casos del arroz, granos, leche, carne vacuna y ganado menor, no todos pueden alcanzarlo”.

tomado de : http://www.cubadebate.cu

Universidad de Las Tunas
Ernesto Alejandro Campos Domínguez

Ernesto Alejandro Campos Domínguez

Webmaster de la Universidad de Las Tunas, Cuba.