La abolición de la esclavitud en Cuba:

Es común encontrar la idea de que la esclavitud en nuestro país fue abolida por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, cuando se pronunció en La Demajagua contra el poder colonial español. Sin lugar a dudas, este hecho contribuyó al proceso, pero en realidad el líder independentista (Padre de la Patria, El Iniciador), daba la libertad únicamente a sus esclavos, el resto de los hombres sometidos a ese oprobioso sistema, en la Isla, mantuvieron aquella condición.
También, buena parte del liderazgo mambí siguió el ejemplo de Cépedes y del Castillo. Sin embargo, para otros resultaba una decisión difícil, pues querían mantener la relación de propiedad que tenían hasta ese momento, alegando su pertinencia para alcanzar en menos tiempo ciertos objetivos. Las diferencias de opiniones sobre el asunto, fue otra de las cuestiones que tributó a las contradicciones entre la Cámara de Representantes (órgano legislativo creado con la Constitución de Guáimaro) y el primer presidente de la República en Armas, Carlos Manuel, en tanto poder ejecutivo.
Si bien el 26 de febrero de 1869, la Asamblea Patriótica de Camagüey había establecido “el fin de la esclavitud en Cuba,” la verdad es que ese fin solo podía hacerse efectivo en los campos de Cuba libre, o sea, dondequiera que el Ejército Libertador (los mambises) dominaban.
La Constitución de Guáimaro, aprobada en el mismo año, estipulaba en el artículo 24, que todos los habitantes de la Isla eran libres. No se pronunciaba directamente sobre la abolición pero, al realizar una declaración de este tipo, política e ideológicamente era casi lo mismo. Las bases de la arcaica legislación española se estremecían con tales postulados.
El 25 de diciembre de 1970, otra vez fue necesario que el héroe de La Demajagua, con la idea de que “El timbre más glorioso de nuestra Revolución a los ojos del mundo entero ha sido la emancipación de los esclavos,” eliminase un “Reglamento de Libertos” aprobado por influencia de camagüeyanos, en julio de 1869 y que no significaba otra cosa que el mantenimiento de la esclavitud en la manigua. De manera que podríamos asumir esta fecha como el verdadero momento en que la abolición quedó entronizada en tierras mambisas. No obstante, para el resto del país, la ley española era la verdad.
No serán otros que los propios españoles, tras 250 años de colonialismo, los que abolieron la esclavitud en 1886. La guerra de los Diez Años había fracasado por las contradicciones internas sin alcanzar la independencia ni la eliminación del sometimiento de los esclavos, sin embargo, había contribuido a este proceso creando precedentes que eran imposibles de ser obviados.
España nunca había tenido interés en liberar a esa parte de la población del yugo, sino que se decidió cuando en aquel mundo capitalista era ya una verdadera anomalía mantenerlo y por la trascendencia de las heroicas acciones de hombres como Céspedes, Aguilera y Agramonte (abundantes, poderosos y servidos desde la cuna), pero dispuestos a desprenderse de cualquier riqueza a fin de redimir a la Patria.
Imagen: foto de George N. Barnard sobre esclavos en Cuba en 1860 (publicadas por el investigador y periodista Jossé Antonio Quintana García).
Universidad de Las Tunas